EL TREN

Adiestra  perros y quiere ser bombero, le cuenta la chica de la mascarilla azul a su amiga.  Sentada en el tren de la diversidad, en el que cada uno lleva consigo su historia personal, calculo cuántas novelas podría escribir en un solo vagón. Muchas. Ayer me envío un wasap de madrugada, prosigue. Yo le contesté con un «jaja». Se ve que el «jiji» ya no se estila. Eso no le dice ella, lo apunto yo. Cierra los ojos, como dando por concluida la conversación hasta llegar a su destino. Ah, ¿pero existe? ¡Qué se yo! El mío empieza cuando abro los ojos y acaba con un libro. Aquí sigo, me digo al despertar. No sé hacia dónde voy. ¿Acaso importa? Me gusta descubrirlo mientras camino. Vivo. Disfruto compartiendo momentos e historias, paseos y curvas, cuesta abajo mejor que cuesta arriba. Hace lo que más le gusta y se ilusiona por otras, le contestaría la amiga antes de bajar del tren. 

Y añado: jiji, jaja.


Feliz día. 

Comentarios

  1. Hoy el azahar me llevó a tu libro. Lo he leído de una sentada desde mi cama en el hospital. He descubierto que las dos somos filólogas inglesas, que los sentimientos que describes en tu libro son como disparos certeros al corazón y al ama. Justo así me siento yo, he pensado.
    Acabo de terminar tu libro y he buscado tu blog, he visto todo fotos y he pensado, ES Annabel.

    ResponderEliminar
  2. Hoy el azahar me llevó a tu libro. Lo he leído de una sentada desde mi cama en el hospital. He descubierto que las dos somos filólogas inglesas, que los sentimientos que describes en tu libro son como disparos certeros al corazón y al ama. Justo así me siento yo, he pensado.
    Acabo de terminar tu libro y he buscado tu blog, he visto todo fotos y he pensado, ES Annabel.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

EL TRAMPOLÍN

YA LO DIGO YO

MI MOMENTO