Secuencia de una sonrisa. Sin trampa ni cartón. Con las pecas salteadas, los ojos achinados, marcando rictus o arruga de la felicidad. Las uñas de un mes, esperando que Paraíso abra otra vez . El pecho derecho es mío y el izquierdo también. Me lo cosió Pau, aprovechando que tenía barriga. Ha vuelto a aparecer. Me excuso en la menopausia precoz. A veces cuela. Con mi amiga La Hater ni por esas. El cáncer ya se fue. Su sombra me acompaña cada seis o doce meses, según la prueba de control que toque. Ya sé sonreír. Desde dentro hacia fuera, sin tener que pedir perdón, sin llorar —si no es de risa—, sin victimizarme porque eso sí me da ganas de llorar. Y muchas. Secuencia de la tristeza. No, no vengas. Que ya no necesito pastillas de la alegría para captar una sonrisa. Ahora sonrío con pecas salteadas, ojos achinados y arruga bien marcada. Secuencia de la evolución.
Feliz día.

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