CASA SIN DIRECCIÓN. CON NOMBRE




Te he echado de menos. Mucho. 
Te he escrito en cualquier ventana. 
Mirando al cielo. Y pisando la tierra.
Te he echado de menos. Mucho.
Por eso he vuelto.
Para volver a enlazar nuestras historias.
Y coserlas de letras.

Sintinopuedo.Blog




Ahora entiendo a las morcillas. La manga me va desde la muñeca hasta el hombro. Por 15€ más le puedo poner un detalle de "diamantes"—propone la dependienta de la Ortopedia.  Pues póngaselos —contesto rápida—, al menos le dará un aire diferente. Es fea de cojones. La manga digo. Pero hace su función. Me he paseado por Europa cogida del amor de Viambtú sin soltarle. Nos hemos montado en nubes y en días de lluvia, rescatándonos al uno del otro y al otro de los otros. Encontrándonos en las sábanas de cualquier hotel. Donde casa no tiene dirección, sino nombre propio. El suyo. Para siempre—le dije. Para siempre—añadió. Amor. Contigo. En cualquier nube que nos haga soñar nuestra vida terrenal. 


—M'agrada molt  l'Eroski—me dice la socia mientras acaricia la manga negra que adorna mi brazo.

–¿Eroski?—contesto frunciendo el ceño. 

—Si, mama. Això de l'Eroski...


—Swaroski, Aina. Són Swaroski—le corrijo.


–Doncs això, de "la-ros-qui".



He pasado quince días con sus dieciséis noches sin verla. Los minutos no cuentan. Las horas se hacen eternas sin poder besar el verde olivo que ilumina su cara de niña. De mi hija. Mi socia de despacho y de bañera. Donde nuestras charlas no son de madre e hija sino de compañeras. De vida y de historias. De días con mucho sol y algunos con tormenta. Pero siempre juntas. Porque casa es con ella. No tiene dirección sino nombre propio.


El Andrés—mi padre–cumpliría unos cincuenta y doce mañana  Hace tiempo que no lo calculo. Los años, digo. Y si me equivoco, tampoco creo que le importe. Es que él no es de cumpleaños. De regalo le envío un abrazo. Un guiño. Con el mismo lazo de siempre: Hasta luego. A su salud, quizá me coma un ajo manchego junto a Padremadre. Porque casa también es con él. No tiene dirección, sino nombre propio.

Vivo en la casa de quien me quiere. Y a quien quiero. Con código postal temporal pero de buzón perenne. Puedes enviarme todos los besos que quieras. Urgentes, certificados y hasta corrientes. Los recibo todos con alegría. Te los devuelvo sin acuse. Mi casa no tiene dirección. Está escrita de nombres propios. Vive en mi socia. En el corazón de Viambtú. En el de mi familia y amigos. 


Vaya donde vaya, siempre vienen conmigo. 


Al Andrés. 
Feliz día. 





annabelarcosruiz.blogspot.com
'Cáncer:Contigo Puedo'
Editorial. Esfera de los libros


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