LA LLAMADA PERDIDA




—Un número de aquellos largos—le digo a Viambtu—, al que ahora ya no me deja llamar.



Cirugía quirúrgica, buenos días, contesta la voz femenina al otro lado de la línea. Se me cae la única teta que me queda al suelo y me quedo con la boca abierta en modo pause y sin titubear. Hola—prosigo—, me llamo Annabel Arcos y ayer recibí una llama de este mismo número. No me dejaron mensaje...Y al intentar volver a llamar me daba error. Pensé que se trataría de Vodaborrio o Movicoñazo. Pero ya veo que no. 


–Annabel...¿Arcos, dices?—replica.

—Sí, Arcos Ruiz. Con dni...

—¡Ah, sí!—exclama—, era por lo de la cirugía. Estás en lista de espera, ¿verdad?


De repente se me acelera el corazón. Pienso en los días que tengo programados. La playa con Aina y el viaje con Viambtu perdidos por Europa. A la mierda. Mi teta lo primero. ¡Toma ya!—pienso—, que ya me opero. 

—Pues es que te llamamos porque podíamos operarte esta semana. Eras la número dos de la lista. Pero al no coger el teléfono, llamamos a otra...

—¿C-ó-m-o?—contesto mientras se me atragantan las sílabas en la garganta. De haber tenido pezón y teta se me habrían salido hacia fuera.

–Hubo una baja y entonces llamamos a las pacientes que esperáis y como no contestaste el teléfono, pasamos a la siguiente. 


Se hace una pausa. Segundos. Eternos. 


—¿Oiga?—continua la señorita administrativa—, pero no se preocupe. Estos son casos aislados. Usted siga esperando, que ya la llamaremos. Esto era una cosa excepcional. 


Excepcional. Excepcionales son los dos años y medio que llevo esperando para reconstruir mi pecho. Perdón. Que no he podido contestar el teléfono. Una llamada. Tres, quizá cuatro tonos. Sin mensaje en el contestador. Sin opción a devolverla. Con número largo para mayor confusión. ¡Claro! ¿Qué podría estar haciendo salvo viviendo? Si es que debería haber estado junto al teléfono. Atado a la mano. Con el dedo índice preparado para darle a la tecla 'responder'. ¿A quién se le ocurre? Debería mirármelo. 


No voy a pensarlo más. Ni a macharme. Ni a torturarme. Estos días he presentado ´Cáncer: Contigo Puedo´ en Donosti. He conocido a personas maravillosas. Hemos compartido charla. Emociones. Experiencias. A muchos kilómetros de casa he descubierto que las sensaciones son las mismas. Que la manera de mirar al cáncer también se hace de frente. E impar. Que la sonrisa no nos la borra ni la quimio, ni la radio, ni las secuelas que nos ha dejado selladas en la explanada. 


Quizá haya perdido una oportunidad. Una llamada. Tres tonos. 

Pero he ganado mucho más.

Una compañera. Una sonrisa. Una suma. Otra mujer que como yo no pierde la vida de vista.

Porque esa, la vida, no llama. Ocurre.

Sigo en lista de espera. Sigo viviendo.
Me van ustedes a disculpar.



Feliz día
annabelarcosruiz.blogspot.com

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL TRAMPOLÍN

YA LO DIGO YO

MI MOMENTO