AHORA LO ENTIENDO TODO


Y yo poniéndome solo la crema antiarrugas en la cara, el contorno para: los ojos,  pecho—aunque solo tenga uno—, en el cuello y el entrecejo. Y resulta que se me olvidaba el más importante: El sérum reparador con efecto lifting de genitales. 


Dice Roser que es la última moda. Aparte, claro está, del blanqueamiento de ano. Lo he oído en algún reportaje de estos de Cuatro que hacen los viernes cuando quieres dormirte y no puedes. Total que Roser —mi esteticién—, mdice que es lo último de lo último. Que se lo llevan como churros. Claro —me digo para mis adentros—y yo con estos bajos. Arrugados como un higo chumbo. Me lo podía haber dicho alguno de mis amantes de los últimos tiempos: Nena, necesitas un repaso. Así, sutilmente tipo: Alísate la solapa o bien a mí me gusta todo bien llano. No sé. Digo yo, vamos.  Mientras me explica cómo funciona me pregunto cuándo se notan sus efectos y si seré capaz de verlos. En caso contrario tendré que tirar de agenda y preguntarle a alguno de mis amantes esporádicos si ve que la cosa ha ido mejorando. 


—Entonces, a ver, Annabel, ¿cuántos días lloraste por el último?—me pregunta la Marieta mientras le hinca el diente por el colmillo derecho al trozo de tarta de manzana con chocolate que he preparado para desayunar en casa. 

—Pues... Hummm, dos días, Tita —contesto pensando que es poco el duelo sentimental que le he dicho—. 

—¡Ufffff! —dice en una pausa mientras traga el trozo de chocolate—, ¡pues ya me parece mucho!


Y empezamos a reírnos con los dientes manchados de dulce de manzana y los labios mojados de crema de café recién hecho por la mañana. Le digo que no sé que es lo que hago mal. O si lo hago. Debe ser que soy un caso difícil. Les doy un poquito de miedo. Quizá—me digo—sea por mis kilos de más que tan bien me sientan los domingos de sofá. O puede que sean las ideas claras y luchadora que no me restan fuerza. No sé si será porque en mi reino ya tengo princesa y mi Rei se lame los huevos –olé por él que puede. Lo que tengo claro es que no quiero compartir un trozo de mi tiempo con nadie que pierda segundos en decidirse ni tan solo que planifique. No me gustan los mapas de vida ni que tracen la mía. Quizá la convivencia ya no me parezca la mejor idea de plan de familia. Puede que la libertad de tu en tu casa y yo en la mía me parezca—incluso—un plan de lo más atractivo. Pero ahora, darling, el problema no es este, sino la cuestión de mis labios de bajos. Tengo que hacerles un repaso y se ve que tiene solución pero tengo que ponerme a ello sin retrasarme. 


María de Change.Org me ha llamado por el tema de recogida de firmas para la petión #perasparatodas. Llevamos casi 6.ooo firmas y el vídeo qu grabé aún con las lágrimas del jarro de agua fría, alcanza las 60.000 reproducciones. Yo es que soy hija de un solidario. Manchego, cansino que luchaba por un mundo mejor en el que no solo creía, sino que trabaja por él. Así es que no tengo nada mejor que hacer en mi vida que seguir luchando por lo que creo. A las resilientes el "no" es un tal vez y la esperanza es el único camino que nos ha marcado el camino. 


Le he dicho a Quiensiempremescucha que he empeorado. Que me ahogo por las noches y que aún no me ha dado el bajonazo. Te dará—dice mientras busca hueco en la agenda de médicos. Lo sé. Y no sé cuándo será. La próxima semana me hubiesen operado. Hubiera tenido mis dos peras. Y aquí sigo. Luchando por algo que ya me habían dicho que era mío. 


Lo que no saben es que ya me he puesto el gel de lifting de labios de bajos. 


Por unas peras para todas. 
Firma en Change. Org


Feliz día
#día23demireconstrucción



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